CUENTO PARA NIÑOS NAVIDEÑOS

By ancalipuyot | Updated: Dec. 15, 2024, 11:56 p.m.

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Disfrutar la magia navideña en familia...

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LA NAVIDAD DE LUZ Y SU FAMILIA
Era la noche antes de Navidad, y en una pequeña casita junto a las montañas vivía Luz, una niña alegre con ojos brillantes. En su casa estaban su papá, su mamá y su hermanito Tomy. Habían pasado todo el día decorando el árbol, horneando galletas y cantando villancicos.

“¡Esta es mi época favorita del año!” dijo Luz. Pero algo parecía diferente este año. Su papá estaba muy callado y preocupado. Su mamá parecía cansada, y aunque Tomy jugaba feliz, Luz sabía que faltaba algo: ¡el espíritu navideño!
Esa noche, antes de dormir, Luz miró por la ventana al cielo estrellado y susurró:
“Querido espíritu de la Navidad, no pido regalos. Solo quiero que mi familia vuelva a sonreír junta como antes”.

De repente, algo mágico ocurrió. Una estrella muy brillante cayó suavemente desde el cielo y apareció un hada pequeña cubierta de nieve. "¡Hola, Luz!", dijo el hada. "Soy Copita, y estoy aquí para ayudarte a cumplir tu deseo."
Luz miró asombrada mientras el hada giraba y creaba copos brillantes con sus manos. "La Navidad no solo son regalos o comida. Es una época para recordar lo mucho que se quieren. Vamos a devolver esa magia a tu familia", dijo Copita.

Primero, el hada tocó el reloj del abuelo, que estaba en la sala. De repente, el viejo reloj empezó a sonar una música alegre, ¡como hacía cuando Luz era pequeña! Eso llamó a todos a la sala.

“¿Qué está pasando?” preguntó la mamá, sorprendida.

Luego, el hada hizo que los adornos del árbol de Navidad comenzaran a brillar con una luz especial, y en la chimenea apareció una manta grande y cálida. “Es para que toda la familia se siente junta”, explicó Copita con una sonrisa.

Papá tomó la manta y dijo: “¡Venid, todos juntos! Vamos a recordar nuestras canciones favoritas.” Así, cantaron alrededor del árbol mientras compartían galletas y chocolate caliente. Pronto, toda la casa estaba llena de risas y abrazos.
Cuando todos estaban felices, Luz sintió un suave beso en su mejilla. Miró a la ventana y vio a Copita desaparecer en el aire como un copo de nieve. Ella sabía que el hada había cumplido su deseo.

Desde esa Navidad, Luz y su familia recordaron lo importante que es estar juntos, y el sonido del viejo reloj siempre les hacía cantar y reír.
"Y así, Luz comprendió que la verdadera magia de la Navidad no estaba en los regalos ni en las luces, sino en los momentos compartidos con quienes más amamos."
FIN

CUENTO PARA NIÑOS NAVIDEÑOS

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