Mirando con Lupa: un día de lluvia

By yrodalvarez4607 | Updated: Oct. 14, 2022, 1:48 a.m.

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Ese video está dedicado a aquellas personas con condiciones especiales que se enfrentan a las adversidades de la vida, se crecen y trabajan para ganarse sus sustentos. A todos ellos mis respetos y admiración.

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Mirando con Lupa: Un día de lluvia.
Mirando con Lupa: Un día de lluvia.
Bienvenidos
Un día de lluvia: una historia de reflexión y admiración.

Ese día me desperté después de sentir el insistente sonar de mi reloj despertador. Me estiraba con pereza tratando de espabilarme y me decía:
Un día de lluvia: una historia de reflexión y admiración.

Ese día me desperté después de sentir el insistente sonar de mi reloj despertador. Me estiraba con pereza tratando de espabilarme y me decía:
qué cansada estoy, que sueño tengo. Levanté un poco la cortina de la ventana que quedaba junto a mi cama, lo que ví me hizo estremecer de frío y me cobijé en mis calientes mantas, no era una vista muy bella la que contemplaban mis aún soñolientos ojos.
qué cansada estoy, que sueño tengo. Levanté un poco la cortina de la ventana que quedaba junto a mi cama, lo que ví me hizo estremecer de frío y me cobijé en mis calientes mantas, no era una vista muy bella la que contemplaban mis aún soñolientos ojos.
El cielo estaba oscurecido por grandes nubes y parecía que de un momento a otro, se desataría una fuerte tormenta.
El cielo estaba oscurecido por grandes nubes y parecía que de un momento a otro, se desataría una fuerte tormenta.
Tuve la intención de quedarme bajo el calor de mis mantas, pero con mucho esfuerzo, me levanté.
Me dirigí al baño arrastrando las chancletas, como si mis pies fueran de plomo.
Comencé al maldecir, el agua estaba muy fría...
Tuve la intención de quedarme bajo el calor de mis mantas, pero con mucho esfuerzo, me levanté.
Me dirigí al baño arrastrando las chancletas, como si mis pies fueran de plomo.
Comencé al maldecir, el agua estaba muy fría...
Desayuné con desgano y nada encontraba a gusto. El café que tanto disfrutaba todos los días lo encontraba amargo. No tosté el pan, como siempre hacía y el vaso con leche no le terminé de beber.
Desayuné con desgano y nada encontraba a gusto. El café que tanto disfrutaba todos los días lo encontraba amargo. No tosté el pan, como siempre hacía y el vaso con leche no le terminé de beber.
Miré nuevamente por la ventana y seguía diciendo: - Porqué tendré que trabajar y salir a la calle un día tan frío y de lluvia?, qué maldición la vida del pobre!, por qué la vida tendrá que ser así de injusta?
Miré nuevamente por la ventana y seguía diciendo: - Porqué tendré que trabajar y salir a la calle un día tan frío y de lluvia?, qué maldición la vida del pobre!, por qué la vida tendrá que ser así de injusta?
Yo que siempre había sido tan meticulosa en mi vestir, escogí cualquier vestido al azar,  me miré en el espejo y con gran desgano cepillé un poco mi cabello. Ese fué todo mi retoque, ese día.
Yo que siempre había sido tan meticulosa en mi vestir, escogí cualquier vestido al azar,  me miré en el espejo y con gran desgano cepillé un poco mi cabello. Ese fué todo mi retoque, ese día.
Tomé mi bolso y aunque todavía no había comenzado a llover, me puse mi capa, tomé mi sombrilla y salí de mi casa, para enfrentarme a un nuevo día de trabajo.
La distancia de mi casa a la parada del omnibus...
Tomé mi bolso y aunque todavía no había comenzado a llover, me puse mi capa, tomé mi sombrilla y salí de mi casa, para enfrentarme a un nuevo día de trabajo.
La distancia de mi casa a la parada del omnibus...
eran siete bloques. Yo día a día caminaba esa distancia para tomar el omnibus que me llevaba a mi trabajo. Ese día, me parecía mucho más largo el camino. Caminaba de prisa por miedo a la tormenta que se avecinaba.
eran siete bloques. Yo día a día caminaba esa distancia para tomar el omnibus que me llevaba a mi trabajo. Ese día, me parecía mucho más largo el camino. Caminaba de prisa por miedo a la tormenta que se avecinaba.
En el trayecto a la parada del omnibus, debía pasar por un parque donde habían vendedores que acudían allí con sus artículos para vender. Cada vez que pasaba podía verlos con sus mercancías, quincallería, artesanías, frutas y golosinas.
En el trayecto a la parada del omnibus, debía pasar por un parque donde habían vendedores que acudían allí con sus artículos para vender. Cada vez que pasaba podía verlos con sus mercancías, quincallería, artesanías, frutas y golosinas.
Para mi era una cosa corriente  y normal verlos allí todos los días. pero  me llamaba la atención, lo temprano que se levantaban ellos. Cuando yo pasaba, ya ellos estaban con todos sus artículos distribuídos en orden, para la venta.
Para mi era una cosa corriente y normal verlos allí todos los días, pero me llamaba la atención, lo que temprano que se levantaban ellos.  Cuando yo pasaba, ya ellos estaban con todos sus artículos distribuídos en orden, para la venta.
Trataba de apresurar el paso, quería ganarle la carrera a la lluvia, y justo al pasar frente al parque comenzarón a caer fuertes goterones. Solo tuve tiempo para ajustarme bien mi capa y malhumorada solo decía:
Trataba de apresurar el paso, quería ganarle la carrera a la lluvia, y justo al pasar frente al parque comenzarón a caer fuertes goterones. Solo tuve tiempo para ajustarme bien mi capa y malhumorada solo decía:
Dios mío!, esto era lo único que faltaba, voy a llegar a mi trabajo empapada en agua. Tuve la intención de regresar a mi casa, pero recordé que tenía que revisar y firmar una documentación importante de la empresa. 
Dios mío!, esto era lo único que faltaba, voy a llegar a mi trabajo empapada en agua. Tuve la intención de regresar a mi casa, pero recordé que tenía que revisar y firmar una documentación importante de la empresa. 
La lluvia se tornó intensa, por lo que traté de protegerme para evitar un resfriado. Buscaba algún lugar donde guarecerme hasta que la lluvia disminuyera y asi poder continuar camino a mi trabajo.
La lluvia se tornó intensa, por lo que traté de protegerme en lo posible para evitar un resfriado. Buscaba algún lugar donde guarecerme hasta que la lluvia disminuyera y asi poder continuar camino a mi trabajo.
Pensé correr hasta un portal de un comercio próximo al parque, todos los vendedores corrían hacía allí, sólo quedó sentado en un banco bajo la lluvia,
Pensé correr hasta un portal de un comercio próximo al parque, todos los vendedores corrían hacía allí, sólo quedó sentado en un banco bajo la lluvia,
un señor bastante mayor que con un nylon trataba de tapar todos sus mercacías sin importarle, que él ya estaba totalmente empapado. Yo iba a correr igual que los demás, ya que la lluvia seguía arreciado, pero me dije...
un señor bastante mayor que con un nylon trataba de tapar todos sus mercacías sin importarle, que él ya estaba totalmente empapado. Yo iba a correr igual que los demás, ya que la lluvia seguía arreciado, pero me dije...
qué mala es la humanidad!, nadie ayudó a ese anciano. Cada cual corrió a resolver su problema y se olvidarón de ese pobre viejo.
En ese breve tiempo me debatía en todas esas reflexiones y pensé: 
qué mala es la humanidad!, nadie ayudó a ese anciano. Cada cual corrió a resolver su problema y se olvidarón de ese pobre viejo.
En ese breve tiempo me debatía en todas esas reflexiones y pensé: 
no debo preocuparme tanto por ese hombre que ni conozco, bastante tengo con haber tenido que salir a trabajar un día como este y me preguntaba: por qué ese señor no salió corriendo al igual que los demás?
no debo preocuparme tanto por ese hombre que ni conozco, bastante tengo con haber tenido que salir a trabajar un día como este y me preguntaba: por qué ese señor no salió corriendo al igual que los demás?
Pero algo más fuerte que yo me hizo acercarme a él y le dije...
necesita ayuda?
Al sonido de mi voz, el señor levantó su rostro hacia mí, tendría unos sesenta y tantos años. 
Pero algo más fuerte que yo me hizo acercarme a él y le dije...
necesita ayuda?
Al sonido de mi voz, el señor levantó su rostro hacia mí, tendría unos sesenta y tantos años. 
Su pelo encanecido y su piel curtida por el sol, al que se exponía todos los días sentado allí a la interperie.
Al mirar su rostro, pude comprender que era ciego. Parecía que me miraba, 
Su pelo encanecido y su piel curtida por el sol, al que se exponía todos los días sentado allí a la interperie.
Al mirar su rostro, pude comprender que era ciego. Parecía que me miraba, 
al orientarse por el sonido de mi voz. En aquel momento sentí pena por él y le ofrecí mi sombrilla, él se rehusaba a aceptarla y me decía ...Señorita, yo estoy acostumbrado a estas cosas. No se preocupe.
al orientarse por el sonido de mi voz. En aquel momento sentí pena por él y le ofrecí mi sombrilla, él se rehusaba a aceptarla y me decía ...Señorita, yo estoy acostumbrado a estas cosas. No se preocupe.
El señor no se mostraba molesto, ni contrariado y tuve que insistirle mucho para que aceptara mi sombrilla, le dije...tengo una capa que me cubre toda. Al final la aceptó, 
El señor no se mostraba molesto, ni contrariado y tuve que insistirle mucho para que aceptara mi sombrilla, le dije...tengo una capa que me cubre toda. Al final la aceptó, 
con la condición de que al siguiente día, cuando yo pasara, me la devolvería. Me dió las gracias muy emocionado y me despedí de él.
En el camino a mi trabajo no lo podía apartar de mi mente,
con la condición de que al siguiente día, cuando yo pasara, me la devolvería. Me dió las gracias muy emocionado y me despedí de él.
En el camino a mi trabajo no lo podía apartar de mi mente,
lo miraba como alguien especial. Ya no sentía pena por él, solo sentía una gran admiración y me decía...que entereza la de este hombre, que es capaz de enfrentarse a las adversidades de la vida, sin importarle su condición y sus años.
lo miraba como alguien especial. Ya no sentía pena por él, solo sentía una gran admiración y me decía...que entereza la de este hombre, que es capaz de enfrentarse a las adversidades de la vida, sin importarle su condición y sus años.
Cuando llegué a mi trabajo y saludé a todos, lo hice con una sonrisa en los labios, todos me miraban asombrados, estaba totalmente empapada, tuve que quitarme los zapatos y ponerlos a secar. Ese día trabajé,
Cuando llegué a mi trabajo y saludé a todos, lo hice con una sonrisa en los labios, todos me miraban asombrados, estaba totalmente empapada, tuve que quitarme los zapatos y ponerlos a secar. Ese día trabajé,
más que nunca. Sentí mucho amor por mi trabajo, por mis compañeros, por la vida, por tener todas mis facultades. Adelanté muchas tareas que en otro momento me hubiera demorado días en terminar.
más que nunca. Sentí mucho amor por mi trabajo, por mis compañeros, por la vida, por tener todas mis facultades. Adelanté muchas tareas que en otro momento me hubiera demorado días en terminar.
Antes de salir de mi oficina, para regresar a mi casa, organicé mi buró. Miré alrrededor con mucho amor y respeto, reconociendo el lugar, donde cada día trabajaba para ganarme mi sustento.
Antes de salir de mi oficina, para regresar a mi casa, organicé mi buró. Miré alrrededor con mucho amor y respeto, reconociendo el lugar, donde cada día trabajaba para ganarme mi sustento.
Al regresar a mi casa, después de una larga jornada laboral, miré toda la desorganización que había dejado. En mi mesa estaba mi vaso mediado con leche que no terminé de tomar, residuos de pan y hasta ....
Al regresar a mi casa, después de una larga jornada laboral, miré toda la desorganización que había dejado. En mi mesa estaba mi vaso mediado con leche que no terminé de tomar, residuos de pan y hasta ....
la mantequillera, que no había guardado en el refrigerador. Me fui a mi cuarto, donde todo estaba regado por igual y entonces sentí pena de mí misma, por no haber notado nunca como estaba viviendo.
la mantequillera, que no había guardado en el refrigerador. Me fui a mi cuarto, donde todo estaba regado por igual y entonces sentí pena de mí misma, por no haber notado nunca como estaba viviendo.
Comencé a fregar y a organizar toda mi casa. Puse todo en orden. Después de terminar, bastante cansada, me bañé y cené algo ligero. Solo puedo decir que miré alrrededor y sentí una paz muy grande.
Comencé a fregar y a organizar toda mi casa. Puse todo en orden. Después de terminar, bastante cansada, me bañé y cené algo ligero. Solo puedo decir que miré alrrededor y sentí una paz muy grande.
Esa noche oré a Dios como hacía siempre antes de dormir, pero mi oración fue diferente. Fue una oración que me salió del alma... Dios mío!, Padre Celestial!, gracias por todo lo que tengo, por mi trabajo, por mi casa, por el día a día,
Esa noche oré a Dios como hacía siempre antes de dormir, pero mi oración fue diferente. Fue una oración que me salió del alma... Dios mío!, Padre Celestial!, gracias por todo lo que tengo, por mi trabajo, por mi casa, por el día a día,
pero sobretodo, gracias por mis ojos y por mi visión. Perdóname Señor por no haber sabido valorar tantas cosas bellas que tú me das. Perdóname por haber sido tan ciega de no ver todo lo que tengo. 
pero sobretodo, gracias por mis ojos y por mi visión. Perdóname Señor por no haber sabido valorar tantas cosas bellas que tú me das. Perdóname por haber sido tan ciega de no ver todo lo que tengo. 
El señor del parque me dió una linda lección...que es más ciego, él que no es capaz de verse a si mismo, de ver a los demás, de valorar cuanto tiene, que aquel que no puede ver, pero sabe crecerce, desarrollar habilidades y trabajar con amor.
El señor del parque me dió una linda lección...que es más ciego, él que no es capaz de verse a si mismo, de ver a los demás, de valorar cuanto tiene, que aquel que no puede ver, pero sabe crecerce, desarrollar habilidades y trabajar con amor.
 Esa noche dormí profundamente y en la mañana, cuando desperté, con el timbre del despertador, yo que siempre detestaba ese sonido por tenerme que levantar, ese día me parecía diferente....
 Esa noche dormí profundamente y en la mañana, cuando desperté, con el timbre del despertador, yo que siempre detestaba ese sonido por tenerme que levantar, ese día me parecía diferente....
lo sentía como una melodía que me anunciaba otro nuevo dia de vida y de trabajo. Me levanté con prisa y como era costumbre en mí, corrí la cortina de la ventana, miré al exterior y dije...Gracias Dios mío, por este nuevo día.
lo sentía como una melodía que me anunciaba otro nuevo dia de vida y de trabajo. Me levanté con prisa y como era costumbre en mí, corrí la cortina de la ventana, miré al exterior y dije...Gracias Dios mío, por este nuevo día.

Mirando con Lupa: un día de lluvia

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